Las primeras dosis de vacuna contra el COVID-19 ya están en los Estados Unidos

Durante la mayor parte del 2020, el mundo atravesó, y aún está atravesando, por una crisis sanitaria debido una pandemia global sin precedentes en la historia reciente de la humanidad. El brote masivo de Coronavirus fue inesperado y se esparció incontrolablemente alrededor del mundo, llegando a casi todos los rincones de nuestro planeta.

En el caso de los Estados Unidos, al ser un país bastante transitado, se convirtió rápidamente en el epicentro principal de la pandemia global y el número de personas infectadas de COVID-19 creció exponencialmente en cuestión de semanas, llevando al fallecimiento de miles de personas con problemas de salud subyacentes, los cuales los hacían más vulnerables al virus.

Sin embargo, después de más de 10 meses de investigación y experimentación, los expertos de la salud crearon dos vacunas que han sido aprobadas por los Estados Unidos para la repartición global. Por ende, el gobierno de Trump ya está repartiendo las primeras dosis entre las personas más vulnerables al virus como adultos mayores, ciudadanos con problemas de salud subyacentes, trabajadores de la salud y trabajadores esenciales.

Trabajadores esenciales extranjeros temen recibir dosis de vacuna contra COVID-19

Hay bastantes dudas entre la población estadounidense y las comunidades de inmigrantes acerca de la vacuna de COVID-19. Por ejemplo, hablando específicamente de los extranjeros que residen actualmente en los Estados Unidos, hay una creciente incertidumbre con respecto a si recibir la vacuna o no.

Esto se debe a que, por un lado, la población estadounidense eligió al Demócrata Joe Biden como el siguiente presidente del país, quien asumirá el cargo en enero del 2021; él tiene una postura más acogedora cuando se trata de la inmigración y planea aumentar beneficios para los extranjeros en los Estados Unidos. Sin embargo, por otro lado, la administración de Trump ha sido demasiado estricta con las comunidades de inmigrantes durante los últimos años y cientos de extranjeros temen recibir la dosis de la vacuna contra el COVID-19 y que su información personal sea usada para un proceso de deportación.

Por ende, ellos temen utilizar servicios médicos y que las políticas de Trump amenacen su estatus migratorio en los Estados Unidos.

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La disponibilidad de la vacuna para comunidades de inmigrantes

Es importante aclarar que la mano de obra extranjera es esencial para superar la crisis actual, incluyendo a los inmigrantes indocumentados. De hecho, en uno de nuestros artículos más recientes, hablamos acerca de un reporte que revela que el 69% de los trabajadores indocumentados han sido esenciales durante el brote masivo de Coronavirus ya que trabajan en sectores como la cadena de suministros de alimentos de los Estados Unidos, el sistema de salud, el transporte comercial y las labores de limpieza.

Por ende, el gobierno entrante de Biden, junto con decenas de organizaciones y expertos, declaran que las comunidades de inmigrantes deben también tener la oportunidad de recibir la vacuna contra el COVID-19 sin que su estatus migratorio esté en peligro.

Por ejemplo, el Cirujano General de los Estados Unidos declaró recientemente que el estatus de documentación de cualquier extranjero no debería ser tomado en cuenta para el proceso de vacunación ya que dejar de lado a trabajadores esenciales perjudicaría a la población estadounidense y las empresas locales que se benefician de la mano de obra extranjera.

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