La tasa de natalidad ha disminuido substancialmente

Los residentes de los Estados Unidos deben participar cada diez años en el Censo Nacional, el cual es una herramienta clave para analizar el crecimiento de la población, la tasa de natalidad, la densidad poblacional de cada estado, y para que el gobierno local distribuya asientos en el congreso y asigne fondos federales dependiendo de los resultados del censo.

El censo más reciente tuvo lugar en el 2020, en medio de la pandemia global de Coronavirus, y los resultados fueron publicados recientemente. Las cifras han llamado la atención de expertos y críticos debido a una disminución substancial de la tasa de natalidad y el crecimiento poblacional.

De hecho, la densidad poblacional de los Estados Unidos creció solamente un 7.4% desde el 2010, la cifra más baja en ocho décadas, desde 1930. Añadiendo a eso, esta tasa es aún más alarmante debido a la globalización y las posibilidades que el mundo tiene ahora de incrementar esta cifra con la ayuda de la tecnología y el tránsito internacional.

La razón por la que los resultados del Censo en cuanto al crecimiento poblacional durante la última década podrían ser bastante preocupantes es porque la economía depende en gran medida de la densidad poblacional y porque hay una brecha cada vez más grande entre la población en edad de trabajar y la población en edad de jubilación.

El rol de los inmigrantes para proteger a la población en edad de retirarse

La Oficina del Censo estima que para el 2030, uno de cada cinco estadounidenses ya estará en edad de retirarse y, si la tasa de natalidad o la densidad poblacional no crece de aluna manera durante las próximas décadas, no habrá suficientes recursos locales o población en edad de trabajar para ofrecer una buena calidad de vida a los ciudadanos retirados, lo que pondría en riesgo la economía de los Estados Unidos.

De acuerdo con un reporte reciente de Vox, a pesar de que la administración de Biden intente aumentar la tasa de natalidad para equilibrar la falta de población en edad de trabajar, la tasa de natalidad local no alcanzará los niveles que necesita para impulsar la economía cuando haya más jubilados que trabajadores activos.

Por lo tanto, a Estados Unidos le queda otra alternativa que es la mano de obra extranjera. De hecho, a través de la historia, la inmigración siempre viene acompañada de bienestar y riqueza. Por ejemplo, en varios países europeos se puede evidenciar que la fortaleza económica está relacionada con miles de trabajadores extranjeros y encuentra su vitalidad en la inclusión internacional.

Estados Unidos también ha podido ser testigo del impacto positivo de la inmigración sobre la economía. Sin embargo, entre el 2017 y el 2021 (bajo la administración de Donald Trump), los niveles de la inmigración disminuyeron considerablemente, afectando incluso más el crecimiento poblacional y el sistema económico local.

Por lo tanto, para equilibrar el crecimiento demográfico cada vez más lento, la administración de Biden debe expandir los programas de inmigración legal y debe hacerlo pronto si quiere evitar un impacto negativo sobre la economía.

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